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miércoles, 28 de febrero de 2007

Deberíamos pensarlo...

No sé..., es muy cruel decir, en mi opinión, que lo que somos es lo que hemos visto a lo largo de nuestra existencia, de los que siempre han estado ahí, los papix..., pero sí que creo que influye mucho en lo que somos... (no dejo de sorprenderme al conocer las similitudes que hay cuando conozco a los papitox de algún colega) ¿Tendríamos que tenerlo más en cuenta? Creo que, por si acaso sí... Aunque como diría mi amiga la Kayele (ay la Raquel!!!) "todo es genética"... Opiniones a mil...

¿Qué pensáis vosotr@s?

Mientras... os dejo este vídeo de reflexión... "Los niños no obeceden, imitan"

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando era pequeño hacía lo que mi papá hacía, hasta imitaba su manera de andar sacando las puntas de los pies hacia fuera.
En la pubertad renegué de todo aquello, intentando mantenerme lo más lejos posible de muchos de los valores inculcados...ya ves truz.
Pero aquellos tiempos de pajillero radical crucificado por el rudo acné han pasado y observo lo rabiosamente parecido que soy ahora a mis papis...cada día más, y sin yo quererlo jur jur jur.
De todos modos, por plastas que sena los quiero mucho joer, que son mis papis.
de esto iba el tema no? o me he ido por los cerros¿

Turronini.

Anónimo dijo...

Lo de imitar a tus padres es muy relativo. Es cierto que casi todos usamos a nuestros padres como modelos a imitar desde antes de tener uso de razón, por lo que se nos queda grabado en el subconsciente ciertos comportamientos.

Por ejemplo, de pequeño me acuerdo que estaba cenando en una terraza en Málaga con mis padres, y llegaron unos gitanillos pidiendo. Mis padres se negaron a darles dinero, pero les compraron un bocadillo a cada uno y los sentaron en la mesa de al lado.

Eso se me quedó grabado, aunque no lo sabría hasta muchos años después, hace unos dos años, cuando yo estaba de parranda por la Gran Vía madrileña, y un señor me llegó pidiendo dinero. Instintivamente, sin pensar, le dije que no, que si quería le compraba un bocadillo. Y el señor se fue con un bocata y una cerveza de esos puestos que ponen los chinos en la calle por la noche.

No me siento orgulloso de haber hecho eso, porque realmente no lo hice conscientemente, sino que me salió del alma, como decimos los andaluces, o me guió el subconsciente, como diría Sigmund Freud. Al día siguiente recordé, como un flashback, lo que mis padres hicieron cuando llegaron los gitanillos pidiendo.

Pero las malas experiencias vividas, como que tu padre maltrate a tu madre, o que tus padres se separen, en mi opinión, hacen justo el efecto contrario. Es decir, ese comportamiento tiende a evitarse, e incluso a intentar "compensarlo" de alguna manera en nuestra pareja o hijos, dándoles todo el amor del mundo, ese amor que vieron de niños que le faltó a su madre, o a ellos mismos.

Pero sin duda que los padres son casi el único modelo a imitar de los hijos, y de pequeños se nos quedan grabadas las cosas en el subconsciente, para bien y para mal, y es lo que creo que conforma nuestra personalidad adulta.

Anónimo dijo...

Pienso que parte de nuestra personalidad y comportamiento es genético y parte ambiental (aprendido) y son nuestros padres los que nos transfieren estos genes y los que forman parte de nuestro ambiente desde la más tierna (o no) infancia así que lo raro sería que no nos pareciésemos mucho a ellos.

la Carmenchu dijo...

Hombre!!! jijiji...

No sé qué decir... la verdad es que esto ha sido objeto de estudios a lo largo de la historia de la humanidad "¿¿nacemos o nos hacemos??" y supongo que será la pregunta eterna...

El ejemplo es lo niñ@s que son adoptados... ¿se parecen en realidad por genética a sus padres biológicos o se parecen en realidad por comportamiento a sus padres convivientes (putativos, adoptivos, padres a secas)? ¿¿¿O es una combinación???